viernes, 27 de marzo de 2009

Decálogo del Asaltado Ejemplar

En el marco de las Medidas de Seguridad establecidas por el Gobierno, anunciadas con bombos y platillos con el pomposo nombre de "Seguridad Democrática", y concebido para Bogotá como "Plan Integral de Seguridad"; que no ha sido tan esquemático, mucho menos integral y absolutamente falto de seguridad; aportamos estos 10 mandamientos que serán observados por el ciudadano común y corriente: "sólo en caso de que se salve de los raponazos, estafas y/o cosquilleos":

1- El asaltado debe convencerse de que el asaltante está amparado por los Derechos Humanos y que si delinque es por ausencia de discernimiento o por traumas derivados de la marginalidad.

2- El asaltado debe, en todo momento, juzgar al asaltante como un menor juguetón, enfermo y urgido de rehabilitarse o como un desempleado en búsqueda de sustento familiar.

3- Enfrentado al victimario, la víctima debe asumir la no-violencia, porque la defensa propia, la de la familia y la de su propiedad son parte de un autoritarismo antiguo.

4- El asaltado debe abstenerse de presentar denuncia para no alterar la cifra estadística, según la cual, la ola delictiva está en descenso.

5- El asaltado debe evitarle a los policías el compromiso de arrestar al asaltante, impidiendo así que sean dados de baja por actos ilegítimos en contra de una víctima de la sociedad y de las circunstancias que lo llevaron a delinquir.

6- El asaltado debe conservar perpetua gratitud si el asaltante le permite seguir con vida, pues sólo le ha robado, apuñalado o aterrorizado a su familia.

7- El asaltado debe renunciar a interponer acciones legales contra el asaltante para evitarse pérdida de tiempo, honorarios de abogado y vendettas de parte de los delincuentes.

8- El asaltado debe evaluar al asaltante como un mal necesario para la sociedad, equivalente a: narcotraficantes, paramilitares, proxenetas, violadores, políticos corruptos, etc.

9- El asaltado debe guardar silencio para evitar alarma pública que pudiera dañar la imagen del Poder Ejecutivo.

10- El asaltado debe apoyar el mejoramiento de las condiciones de vida del asaltante y sus compinches que pudieran estar en la cárcel y aplaudir las decisiones gubernamentales de dejarlos en libertad; además, debe manifestarse en contra de la pena de muerte.